viernes, 16 de agosto de 2013

Capítulo 5: En las garras del diablo

El día después a mi recuperación empezaba mal: me levanté tarde, no tenía la mochila lista, no sabía que me tocaba y aún me dolía la cara. En diez minutos me había duchado, desayunado y preparado la mochila. Primera hora: Mates. "Genial, no se me dan mal" pensé. Llegué bien de tiempo a clase, entonces el profesor me presentó a la clase.

-Chicos, silencio por favor, os presento a una nueva alumna: se llama Arisu Smith. Sed amables con ella.
-Siii~
-Muy bien Arisu, ponte cómoda, hay un sitio libre al fondo, al lado de la ventana.
-Bien -me dirijo a mi asiento.

Mientras iba hacia allí, una chica asiática me hizo la zancadilla, y otra se rió. No hice caso, y me senté al lado de una chica (espero no falle mi intuición otra vez) parecía agradable.

-Hola Arisu, me llamo Cindry.
-Hola, encantada.
-Me parece que no le caes muy bien a Ámber y sus secuaces.
-¿Cómo lo sabes?
-La que te hizo la zancadilla es una de las secuaces, y la otra es la que se rió.
-Pues lo llevo claro...
-Bueno, un poquito - y acto seguido dibujó un gran círculo en su agenda, y sonrió.

"Ella si es simpática". Por fin había encontrado una amiga en aquel infierno. Tal y como supuse, la clase de matemáticas fue fácil, y la de inglés, pero en el horario después decía optativas tipo 1, y entonces si que estaba perdida, porque no sabía cual de las tres me tocaba, así que se lo fui a preguntar a Nathaniel.

-Aquí dice que tu tienes francés.
-¿Eh? Yo no se francés.
-Bueno, es que no había plazas en dibujo ni en informática.
-No pasa nada.

Me dirigí a la sala de idiomas, y en esa clase había gente de otros cursos que yo no conocía... mejor dicho, no había nadie a quien conociera.

-¡Bienvenue! Est-ce que tu es une nouvelle copine?
-¿Eh? Perdón, no la entiendo.
-Bon, ¿es que eres una nueva alumna?
-Sí, y no he hecho francés en mi vida.
-¡Oh la lá! Si esa es tu situación la meilleure opción ce que tu te sientes avec mon meilleur élève.
-Ah, algo he entendido.
-¡Perfect! Ton copain est lui.
-¿Se llama Lui?
-¡Non! Digo que ton copain es él.-señaló a un chico de la segunda fila.
-Ah, perdón.
-No pasa nada.

Me senté al lado de un chico con el pelo de un tono grisáceo y los ojos de diferente color que vestía de forma más elegante que los demás.... o debería decir, ¿un poco más de estilo victoriano?

-Hola, ¿cómo te llamas?
-Arisu, ¿y tú?
-Lui no -sonrisa- me llamo Lyssandro.
-Ah, perdona que sea tan tonta, es que yo no se francés.
-Tranquila, yo te puedo ayudar, ahora, si estás atenta, seguro que entenderás todo lo que suceda en clase.
-Entendido.

Después de la clase de francés, llegó la media hora de descanso. Mientras dejaba todos los libros en mi taquilla, pensaba en quién me acompañaría en estos momentos de descanso. Una vez acabada mi tarea, pensé en ir a buscar a alguien a quien conociera. Me di cuenta de que no conocía a nadie cuando salí al patio y no vi a Ken, realmente había dejado un gran vacío, al fin y al cabo, era casi como mi hermano.

-¡Arisu~! -saltaron encima de mi espalda.
-¡Ci-Cindry!
-¿Se puede saber dónde estabas? Te he estado buscando.
-Estaba colocando mis libros en la taquilla.
-Bien, bueno, tengo que presentarte gente.
-Vale.

Me cogió de la mano y me llevó con varias chicas, todas muy amables.

-¡Hey! Esta es la chica de la que os he hablado, se llama Arisu y parece un chibi. -cogió mis mejillas y las estiró hacia lados opuestos.- ¿A que parece una mascota?
-Pobrecita, ¿cómo le haces eso?
-Es que lo parece -morritos.
-Pobre Arisu -se acerca a mí- Hola, yo me llamo Robin, y por orden, estas son Nina y Cherry.

Saludos entre todas

-mira a Nina- ¿Es pikachu? -mira a Robin- ¿Y eso una chapa de SJ? -mira a Cherry- ¿Y eso... eso que es?
-Es una sandía.
-¿Sandía?
-Esta buena.

Silencio+Pokerface

-Bueno... ¿sois frikis?
-Si, ¿te supone alguna molestia?
-¡Ninguna! ¡Aún mejor!
-¡Bien! Entonces, ¿eres una de las nuestras?
-Siiii~ -abrazo colectivo.

Después de eso, todas se rieron con ganas y tuve la sensación de que pertenecía a algun lugar, de que ya no estaba sola al fin. Tres clases más tarde, me encontré con Nathaniel, que parecía buscarme como perro a su dueño.

-Que bien que te encuentro, tienes visita.
-¿Visita? ¿Cómo puede ser?
-Si, es que se enteraron de lo que pasó y cómo tu padre tenía negocios aquí, ha venido a verte.
-¿Qué? No, no quiero verle. Ese no es mi padre.
-Ah -se sonrojó- no sabía....
-Tranquilo, no lo sabías. De cualquier forma, dile que no estoy o algo, no quiero verle.

En vez de haber hablado debería haber huído de aquel sitio en el momento que dijo que ese hombre andaba por ahí. Segundos después de mi última palabra, una sombra apareció detrás del delegado apartándolo de golpe y acercándose a mí en un suspiro.

-¡Arisu! Mi niña, ¿cómo te encuentras? -se dirigió a Nathaniel- porfavor, ¿puedes dejarnos solos?
-Sí, cómo no.
-Esp -sin tener tiempo a nada, ahogó cualquier sonido de mi boca con su mano mientras el delegado se alejaba de nosotros.
-Ahora que ya no hay nadie pequeña, voy a continuar lo que acabamos en Viña.

Asustada por lo que iba a pasar, intenté gritar, soltarme, pero no había manera. Destrozó los botones de mi camisa blanca y luego, soltó el cinturón de su pantalón. En ese momento de descuido, pude darle una patada en la entrepierna y salir corriendo gritando, intentando encontrar a alguien. Corrí por todo el patio trasero, pero no se veía a nadie. De repente, me atrapó, y ,cogiéndome por la cintura, me tiró para sí y tapó mi boca para que no siguiese gritando.

-No huyas, sabes que eres mía.

Mordí su mano y grité el único nombre en mi cabeza: Castiel. Desesperado, me golpeó en la cabeza y caí a unos arbustos. Como en las películas, un proyectil impactó contra mi secuestrador dejándolo tirado en el suelo. Y como en las películas, la persona que hizo el lanzamiento, fue la misma persona a la que había estado llamando hacía unos segundos. Se dirigió hacia mí y me levantó.

-¿Estas bien?
-Más o menos.
-Chica, tienes un imán para los golpes.
-Muy gracioso.
-Y para todo tipo de desgracias, es que no me dejas acabar.
-Que sí.
-Que... pu...
-¿Y tu quién eres?
-Yo, yo soy su.. padre, vine a ver qu-que estaba despues de la pelea...
-¡Mentira! Tu no eres nadie.
-Tranquila -se dirige a el hombre del suelo- Bueno, seas quien seas, vete de aquí. No soy imbécil, los dos sabemos lo que venías a ver y lo que querías hacer.
-Tu.. te arrepentirás por esto. en cuanto a tí, mi querida niña, de tu comportamiento se enterará tu madre, y te aseguro, que algún día te meteré en cintura.

Se levantó con la misma dignidad con la que llegó, se arregló la ropa y se fue. Durante toda la discusión me había mantenido abrazada a Castiel escondiendo mi cara, mientras él me devolvía el abrazo con una ternura inconcebible, y entre sus brazos rompí en llanto, mientras él deshacía los enredos de mi cabellera negra como el carbón.




~Fin del capítulo 5



  • Nota: Siento haber tardado tanto en volver a publicar, pero con el instituto y otras cosas me ha sido imposible escribir antes, prometo intentar escribir el siguiente capítulo pronto (^v^) Daisuki~